¡Hola, potingueras!
Pese a que ya queda cada vez menos para que llegue la primavera y el calor, quiero hablaros de un producto que este invierno ha sido fundamental para mí; ya que la ola de frío, y una serie de circunstacias personales, hicieron que mi piel estuviera más deshidratada y ajada, más sensible e insoportable, de lo que recuerdo en varios años.
La Crema Facial Pure Caléndula de Yves Rocher ha resultado ser un descubrimiento casual muy acertado, ya que la conseguí aprovechando una oferta. Ahora, conociéndola, ya os digo que la volvería a comprar y que no me parece cara en absoluto; ya que, sin descuento, cuesta 12€ los 50 ml, y con el descuento del 50% que ya tienes en tienda por el mero hecho de ser socia, se queda en la mitad.
Antes costaba 14€, así que está más baratita en este momento.
Es una crema muy densa que sólo recomendaría a pieles secas, muy secas, y/o sensibles, que necesiten hidratación, pero, sobre todo, reparación y confort, que es su punto fuerte. Dice ser para todo tipo de piel, pero yo no veo a una persona de piel grasa aplicándose esta crema sin maldecir en arameo.
Pese a que la marca nos comenta que puede ser una crema para día y noche, yo la encuentro más apropiada para la noche, ya que tarda un rato largo en asentarse del todo debido a su textura.
A mí, ese detalle, cuando ya no voy a salir a la calle, y hace frío, no me molesta en absoluto, porque lo que me proporciona es un alivio intenso a la incomodidad que se sufre con el clima frío, el viento, y una piel sensible que se deshidrata en cuanto te despistas.
Tiene un olor muy particular, herbal floral, que quiere ser dulce, pero un matiz verde no le deja llegar del todo. A mí me fascina y me relaja esa fragancia a partes iguales, pero, si crees que no es para tí, lo ideal es que pidas una muestra en una tienda, que con un poco de suerte, te la dan (si no la tienen en tienda, no te la pueden dar, claro está)
El envase es sencillo, de plástico duro y opaco, con forma de gota visto desde arriba. No tiene dispensador, todo queda expuesto, así que os recomiendo haceros con una pequeña espátula para la obtención de la crema.
En la parte inferior del envase, tenéis la fecha de caducidad impresa. Este detalle es algo que deberían incluir todos los cosméticos para hacernos la vida más fácil.
La fórmula no es totalmente natural, pero contiene ingredientes tan interesantes como el aceite de sésamo procedente de cultivo biológico, aceite de girasol, de colza, de uva, de coco, y de soja, extracto de caléndula y de afiola, y agua de hamamelis. No contiene componentes de origen animal
El extracto de caléndula es un potente antioxidante con efecto antiedad, y consigue que, día a día, la piel se vea, se sienta, y se perciba más joven, con menos líneas de expresión, con mejor tono, con un aspecto más firme, y sin tiranteces o zonas de sequedad. Realmente, sí regenera la piel, y en un par de semanas empiezas a notar el cambio, aunque el confort te lo da desde el primer momento.
Esta caléndula ha sido cultivada y recolectada en La Gacilly (Francia)
Es una crema fundente, pese a todo, que se distribuye sin el menor problema, y que, debido a que se necesita muy poca cantidad para cubrir las necesiddes de rostro y cuello, puede cundir muchísimo.
Yo no creo que la use en verano, porque sé que se me hará pesada con el calor, pero, para mis inviernos, fichada queda.
¿Habéis probado la Crema Facial Pure Caléndula de Yves Rocher?¿Soléis incluir productos de esta marca en vuestros tratamientos?¿Se os ha hecho duro este invierno, potingueras?
Pese a que ya queda cada vez menos para que llegue la primavera y el calor, quiero hablaros de un producto que este invierno ha sido fundamental para mí; ya que la ola de frío, y una serie de circunstacias personales, hicieron que mi piel estuviera más deshidratada y ajada, más sensible e insoportable, de lo que recuerdo en varios años.
La Crema Facial Pure Caléndula de Yves Rocher ha resultado ser un descubrimiento casual muy acertado, ya que la conseguí aprovechando una oferta. Ahora, conociéndola, ya os digo que la volvería a comprar y que no me parece cara en absoluto; ya que, sin descuento, cuesta 12€ los 50 ml, y con el descuento del 50% que ya tienes en tienda por el mero hecho de ser socia, se queda en la mitad.
Antes costaba 14€, así que está más baratita en este momento.
Es una crema muy densa que sólo recomendaría a pieles secas, muy secas, y/o sensibles, que necesiten hidratación, pero, sobre todo, reparación y confort, que es su punto fuerte. Dice ser para todo tipo de piel, pero yo no veo a una persona de piel grasa aplicándose esta crema sin maldecir en arameo.
Pese a que la marca nos comenta que puede ser una crema para día y noche, yo la encuentro más apropiada para la noche, ya que tarda un rato largo en asentarse del todo debido a su textura.
A mí, ese detalle, cuando ya no voy a salir a la calle, y hace frío, no me molesta en absoluto, porque lo que me proporciona es un alivio intenso a la incomodidad que se sufre con el clima frío, el viento, y una piel sensible que se deshidrata en cuanto te despistas.
Tiene un olor muy particular, herbal floral, que quiere ser dulce, pero un matiz verde no le deja llegar del todo. A mí me fascina y me relaja esa fragancia a partes iguales, pero, si crees que no es para tí, lo ideal es que pidas una muestra en una tienda, que con un poco de suerte, te la dan (si no la tienen en tienda, no te la pueden dar, claro está)
El envase es sencillo, de plástico duro y opaco, con forma de gota visto desde arriba. No tiene dispensador, todo queda expuesto, así que os recomiendo haceros con una pequeña espátula para la obtención de la crema.
En la parte inferior del envase, tenéis la fecha de caducidad impresa. Este detalle es algo que deberían incluir todos los cosméticos para hacernos la vida más fácil.
La fórmula no es totalmente natural, pero contiene ingredientes tan interesantes como el aceite de sésamo procedente de cultivo biológico, aceite de girasol, de colza, de uva, de coco, y de soja, extracto de caléndula y de afiola, y agua de hamamelis. No contiene componentes de origen animal
El extracto de caléndula es un potente antioxidante con efecto antiedad, y consigue que, día a día, la piel se vea, se sienta, y se perciba más joven, con menos líneas de expresión, con mejor tono, con un aspecto más firme, y sin tiranteces o zonas de sequedad. Realmente, sí regenera la piel, y en un par de semanas empiezas a notar el cambio, aunque el confort te lo da desde el primer momento.
Esta caléndula ha sido cultivada y recolectada en La Gacilly (Francia)
Es una crema fundente, pese a todo, que se distribuye sin el menor problema, y que, debido a que se necesita muy poca cantidad para cubrir las necesiddes de rostro y cuello, puede cundir muchísimo.
Yo no creo que la use en verano, porque sé que se me hará pesada con el calor, pero, para mis inviernos, fichada queda.
¿Habéis probado la Crema Facial Pure Caléndula de Yves Rocher?¿Soléis incluir productos de esta marca en vuestros tratamientos?¿Se os ha hecho duro este invierno, potingueras?