¡Hola, potingueras!
M;uchas de vosotras ya sabéis de mi afición por las paletas de Sleek; me gustan todas...o casi. O eso creo. Porque a veces sale uuna paleta de sombras que, en principio, no me llama la atención, luego empiezo a dudar, y, finalmente, cuando la tengo en mis manos, me acaba enamorando.
Eso es lo que me sucedió con la Sleek Candy Palette, una paletita de 12 sombras de Edición Limitada que salió hace ya unos meses, y a la que le dado mil vueltas entre si cogerla o no. De hecho, se lo comenté a Maran, y ella, que fue más decidida que yo con esta paletita, me la consiguió y me la regaló (gracias, guapa)
La Sleek Candy Palette es una paletita inspirada en los dulces y las chucherías; más concretamente, en los cupcakes, esa especie de magdalenas de coberturas de mil colores e imaginación sin límite en colorido y dulzor. Y, francamente, creo que la inspiración está fenomenalmente representada en la armonía de colores que compone esta preciosa paleta.
En principio, puede que sean colores que, vistos en conjunto, nos parezcan poco llevaderos, pero, de uno en uno, nos sugieren mil looks, bien entre ellas, o combinándolas con sombras de otras paletitas que tengamos.
Sleek Candy Palette, Fila Superior:
Strawberry Sherbet tiene un precioso color rosa fresa mate. Es muy pigmentada, muy cubriente, casi cremosa, y un poquitín polvorienta, pero nada grave. Como colorete puede quedar muy bonita:
Bon Bon tiene un color rosa malva, con un acabado muy metálico y brillante, que la hace tan dulce como luminosa. También es bastante cremosa y pigmenta muchísimo:
Parma Violet es, quizá, de las que más cueste sacar la pigmentación. Tiene un color berenjena apagado mate, no es demasiado intensa en principio, ni demasiado cremosa, pero, con un pincelito, se le saca partido. Yo la veo perfecta para un ahumado:
Apple Sour es una deliciosa sombra de color verde aguamarina. Tiene un tacto cremoso, una altísima pigmentación, muy buena cobertura, y un acabado metálico y brillante que la hacen muy apetecible:
Pear Drop es una sombra muy llamativa de un color verde lima, limón ácido, o similar. Es suave, pero no llega a ser tan cremosa como otras. Pigmenta muy bien y cubre mucho, tiene un acabado brillante, metalizado, y es una de las más complicadas de sacar el color sobre la piel, sobre todo, si es algo cetrina, pero nada que una base de color no solucione:
Flump es una sombra casi mate de un precioso color violeta. Pigmenta muy bien, y no es nada tiizosa:
Sleek Candy Palette, Fila Inferior:
Liquorice es el sempiterno negro mate humo al que Sleek nos tiene -demasiado-acostumbradas. Sí, es un básico, pero, ¿de verdad necesitamos una sombra negra en cada paleta, cuando tenemos ya tantas paletas?:
Blue Fizzle es de las sombras más bonitas de esta paletita, y eso que tiene un color muy discreto, pero es que a mi este azul medio algo apagadito me gusta mucho; sobre todo, cuando pigmenta tanto, es tan cremosa, y tiene un acabado satinado tan bonito:
Aniseed es una sombra que engaña un poco, porque te esperas una sombra rosa fresa metálico sin más matices, pero luego resulta que tiene un reflejo casi doradito muy luminoso y muy bonito. Es casi cremosa, pigmenta muchísimo, y me parece de las más especiales de esta paletita:
Bubble Gum es una sombra mate de color azul celeste vivo. Pigmenta mucho, cubre mucho, es casi cremosa, y algo polvorienta, pero muy manejable.
Quiero intentar un ahumado con ella, a ver qué sale:
Mint Cream es una sombra con un color verde apagadito muy especial, entre el típico verde menta que tanto nos han vendido, y un verde guisante. Me parece muy especial y, curiosamente, en la foto sale tal cual es:
Finalmente, Cream Soda es una sombra muy cremosa, muy pigmentada, blanca, y de acabado muy brillante. Para iluminar determinados puntos está muy bien, aunque tampoco es una sombra que sorprenda en cuanto al color en las paletas de Sleek:
En general, es una paletita a la que creo que se le puede sacar mucho partido, sobre todo si jugamos con otros tonos más neutros para darles vidilla.
De la Edición Limitada Candy de Sleek existe una paletita de coloretes que también tengo y que vamos a analizar ahora mismo.
La Blush By 3 Candy Collection es una paletita que salió acompañando a la paleta de sombras que acabamos de ver y que contiene en su interior 3 coloretes, 2 en polvo prensado, y uno en crema.
En general, a mi no me gustan las paletas que mezclan productos con texturas distintas porque, al final, el polvillo se va moviendo, y se queda pegado a la crema. De momento, como está casi nueva, no tengo ese problema, pero tiempo al tiempo.
Este trío de coloretes llegó a mi vida porque, simple y llanamente, me encapriché con él. Me pareció muy bonita y, aunque a priori uno de los 3 tonos de colorete no me llamaba mucho la atención, decidí arriesgarme con ella.
A día de hoy, os digo que no sé si volvería a comprármela; no porque no sea bonita, ojo, ni porque sea un mal producto, que no es así; sino porque realmente no creo que le acabe sacando el partido que se merece.
Pero vayamos por partes y analicemos un poco mejor la paletita.
Comezamos por el colorete Cupcake.
Tiene un delicioso color rosa chicle algo subidito que, al difuminarse, queda muy natural.
La textura crema de los coloretes de Sleek no es mi favorita, porque no son crema-polvo, sino crema-crema, y me da la sensación de que nunca terminan de asentarse, salvo que les apliques un velo de polvos por encima; aunque tampoco puedo decir que se muevan mucho, ni que no se fijen. Se fijan, pero no tanto como los coloretes en polvo.
Para lo que sí me gustan es como base para otro colorete, para potenciar su color y que la permanencia sobre la piel del conjunto sea mayor.
El colorete central es el más complicado de los 3 de esta paleta. Se trata del Dolly Mix y tiene un color entre rosa palo y lila muy pastel y muy suave.
Sólo se ve en pieles muy claras y no sé si en alguna resultará realmente favorecedor.
Por su color, lo veo invernal y, al menos en mi caso, cuando me lo aplico, me da la sensación de que me apaga el rostro, me da aspecto de congelada.
Quizá sean manías personales pero, para evitar ese efecto, lo aplico sobre el Cupcake, que le da un tono rosa más vivo y más favorecedor.
Finalmente, llegamos al colorete más espectacular de la paleta, el Candy Floss, y es que tiene un color y un acabado muy particulares.
Yo lo describiría como un rosa fresa con un punto neón y un acabado algo menos cubriente que la mayoría de los coloretes de Sleek, pero no menos pigmentado, ojo; porque, si algo tienen estos coloretes, sobre todo en esta paleta, es que pigmentan todos una barbaridad y hay que tomarlos con mano tacaña y difuminarlos bien.
Tiene un reflejo de brillo metalizado bastante curioso, del mismo estilo que puede tener el Pommegranate, el Sunrise, el Rose Gold, ...
Hay que manejarlo con tiento e integrarlo muy bien para que no quede artificial.
El tacto de los dos coloretes en polvo es aterciopelado, muy gustoso, y agarras mucha cantidad de producto de una sola pasada, hay que ir con prudencia.
Son colores muy bonitos, pero, como os comentaba, para sacarle partido hay que trampearla un poco.
Siento que los swatches sobre la piel no se vean del todo exactos a la realidad, pero los que salen con la pastilla y el dedo sí son bastante fieles.
De todas formas, el color sobre la piel se modifica según el todo de cada una, así que tampoco es demasiado orientativo, sobre todo en verano, que nos cambia un poquito (o un poco bastante, dependiendo de lo morenas que os pongáis)
¿Qué os parece la Sleek Candy EL?¿Paleta de sombras, paleta de coloretes, las dos, ninguna?¿Le daríais al dulce con ella, potingueras?
M;uchas de vosotras ya sabéis de mi afición por las paletas de Sleek; me gustan todas...o casi. O eso creo. Porque a veces sale uuna paleta de sombras que, en principio, no me llama la atención, luego empiezo a dudar, y, finalmente, cuando la tengo en mis manos, me acaba enamorando.
Eso es lo que me sucedió con la Sleek Candy Palette, una paletita de 12 sombras de Edición Limitada que salió hace ya unos meses, y a la que le dado mil vueltas entre si cogerla o no. De hecho, se lo comenté a Maran, y ella, que fue más decidida que yo con esta paletita, me la consiguió y me la regaló (gracias, guapa)
La Sleek Candy Palette es una paletita inspirada en los dulces y las chucherías; más concretamente, en los cupcakes, esa especie de magdalenas de coberturas de mil colores e imaginación sin límite en colorido y dulzor. Y, francamente, creo que la inspiración está fenomenalmente representada en la armonía de colores que compone esta preciosa paleta.
En principio, puede que sean colores que, vistos en conjunto, nos parezcan poco llevaderos, pero, de uno en uno, nos sugieren mil looks, bien entre ellas, o combinándolas con sombras de otras paletitas que tengamos.
Sleek Candy Palette, Fila Superior:
Strawberry Sherbet tiene un precioso color rosa fresa mate. Es muy pigmentada, muy cubriente, casi cremosa, y un poquitín polvorienta, pero nada grave. Como colorete puede quedar muy bonita:
Bon Bon tiene un color rosa malva, con un acabado muy metálico y brillante, que la hace tan dulce como luminosa. También es bastante cremosa y pigmenta muchísimo:
Parma Violet es, quizá, de las que más cueste sacar la pigmentación. Tiene un color berenjena apagado mate, no es demasiado intensa en principio, ni demasiado cremosa, pero, con un pincelito, se le saca partido. Yo la veo perfecta para un ahumado:
![]() |
Es más apagada, en el swatch del brazo se ve el color tal cual es. |
Pear Drop es una sombra muy llamativa de un color verde lima, limón ácido, o similar. Es suave, pero no llega a ser tan cremosa como otras. Pigmenta muy bien y cubre mucho, tiene un acabado brillante, metalizado, y es una de las más complicadas de sacar el color sobre la piel, sobre todo, si es algo cetrina, pero nada que una base de color no solucione:
Flump es una sombra casi mate de un precioso color violeta. Pigmenta muy bien, y no es nada tiizosa:
Sleek Candy Palette, Fila Inferior:
Liquorice es el sempiterno negro mate humo al que Sleek nos tiene -demasiado-acostumbradas. Sí, es un básico, pero, ¿de verdad necesitamos una sombra negra en cada paleta, cuando tenemos ya tantas paletas?:
Blue Fizzle es de las sombras más bonitas de esta paletita, y eso que tiene un color muy discreto, pero es que a mi este azul medio algo apagadito me gusta mucho; sobre todo, cuando pigmenta tanto, es tan cremosa, y tiene un acabado satinado tan bonito:
Aniseed es una sombra que engaña un poco, porque te esperas una sombra rosa fresa metálico sin más matices, pero luego resulta que tiene un reflejo casi doradito muy luminoso y muy bonito. Es casi cremosa, pigmenta muchísimo, y me parece de las más especiales de esta paletita:
Bubble Gum es una sombra mate de color azul celeste vivo. Pigmenta mucho, cubre mucho, es casi cremosa, y algo polvorienta, pero muy manejable.
Quiero intentar un ahumado con ella, a ver qué sale:
Mint Cream es una sombra con un color verde apagadito muy especial, entre el típico verde menta que tanto nos han vendido, y un verde guisante. Me parece muy especial y, curiosamente, en la foto sale tal cual es:
Finalmente, Cream Soda es una sombra muy cremosa, muy pigmentada, blanca, y de acabado muy brillante. Para iluminar determinados puntos está muy bien, aunque tampoco es una sombra que sorprenda en cuanto al color en las paletas de Sleek:
En general, es una paletita a la que creo que se le puede sacar mucho partido, sobre todo si jugamos con otros tonos más neutros para darles vidilla.
De la Edición Limitada Candy de Sleek existe una paletita de coloretes que también tengo y que vamos a analizar ahora mismo.
La Blush By 3 Candy Collection es una paletita que salió acompañando a la paleta de sombras que acabamos de ver y que contiene en su interior 3 coloretes, 2 en polvo prensado, y uno en crema.
En general, a mi no me gustan las paletas que mezclan productos con texturas distintas porque, al final, el polvillo se va moviendo, y se queda pegado a la crema. De momento, como está casi nueva, no tengo ese problema, pero tiempo al tiempo.
Este trío de coloretes llegó a mi vida porque, simple y llanamente, me encapriché con él. Me pareció muy bonita y, aunque a priori uno de los 3 tonos de colorete no me llamaba mucho la atención, decidí arriesgarme con ella.
A día de hoy, os digo que no sé si volvería a comprármela; no porque no sea bonita, ojo, ni porque sea un mal producto, que no es así; sino porque realmente no creo que le acabe sacando el partido que se merece.
Pero vayamos por partes y analicemos un poco mejor la paletita.
Comezamos por el colorete Cupcake.
Tiene un delicioso color rosa chicle algo subidito que, al difuminarse, queda muy natural.
La textura crema de los coloretes de Sleek no es mi favorita, porque no son crema-polvo, sino crema-crema, y me da la sensación de que nunca terminan de asentarse, salvo que les apliques un velo de polvos por encima; aunque tampoco puedo decir que se muevan mucho, ni que no se fijen. Se fijan, pero no tanto como los coloretes en polvo.
Para lo que sí me gustan es como base para otro colorete, para potenciar su color y que la permanencia sobre la piel del conjunto sea mayor.
El colorete central es el más complicado de los 3 de esta paleta. Se trata del Dolly Mix y tiene un color entre rosa palo y lila muy pastel y muy suave.
Sólo se ve en pieles muy claras y no sé si en alguna resultará realmente favorecedor.
Por su color, lo veo invernal y, al menos en mi caso, cuando me lo aplico, me da la sensación de que me apaga el rostro, me da aspecto de congelada.
Quizá sean manías personales pero, para evitar ese efecto, lo aplico sobre el Cupcake, que le da un tono rosa más vivo y más favorecedor.
Finalmente, llegamos al colorete más espectacular de la paleta, el Candy Floss, y es que tiene un color y un acabado muy particulares.
Yo lo describiría como un rosa fresa con un punto neón y un acabado algo menos cubriente que la mayoría de los coloretes de Sleek, pero no menos pigmentado, ojo; porque, si algo tienen estos coloretes, sobre todo en esta paleta, es que pigmentan todos una barbaridad y hay que tomarlos con mano tacaña y difuminarlos bien.
Tiene un reflejo de brillo metalizado bastante curioso, del mismo estilo que puede tener el Pommegranate, el Sunrise, el Rose Gold, ...
Hay que manejarlo con tiento e integrarlo muy bien para que no quede artificial.
El tacto de los dos coloretes en polvo es aterciopelado, muy gustoso, y agarras mucha cantidad de producto de una sola pasada, hay que ir con prudencia.
Son colores muy bonitos, pero, como os comentaba, para sacarle partido hay que trampearla un poco.
Siento que los swatches sobre la piel no se vean del todo exactos a la realidad, pero los que salen con la pastilla y el dedo sí son bastante fieles.
De todas formas, el color sobre la piel se modifica según el todo de cada una, así que tampoco es demasiado orientativo, sobre todo en verano, que nos cambia un poquito (o un poco bastante, dependiendo de lo morenas que os pongáis)
¿Qué os parece la Sleek Candy EL?¿Paleta de sombras, paleta de coloretes, las dos, ninguna?¿Le daríais al dulce con ella, potingueras?