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Jimmy Choo Flash EDP: segundas partes fueron más que buenas.

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¡Hola, potingueras!

Hoy quiero hablaros de una fragancia muy especial, sorprendente, fresca, luminosa, atrevida, joven, sensual, irreverente, mimosa, divertida, glamourosa y femenina, Jimmy Choo Flash EDP.

Se trata de la segunda incursión en el mundo del perfume de la marca Jimmy Choo y, señoras, señores, lo están haciendo muy bien. Al menos, para mi gusto.

La idea que originó este perfume para Sandra Choi y Simon Holloway, directores creativos de Jimmy Choo, era recrear el momento de excitación y nerviosismo que siente una mujer cuando se prepara para salir al encuentro de una noche de diversión, aunque podría representar perfectamente convertirse en el alma de la fiesta, bailar bajo una lluvia de purpurina plateada, encontrar los zapatos de tacón más bonitos del mundo - Jimmy Choo, para más señas- y que no te hagan daño,...la imaginación es libre.



Cuando recibí este perfume, lo primero que hice fue, obviamente, perfumarme con él, y fue un auténtico flechazo. "¡Es muy yo!" - exclamé, y si analizamos sus notas, me puedo encontrar en él.

Para comenzar, abre con una explosión de notas de fresa y pimienta rosa. Pero de fresa-fresa, no es una fresa tipo postre lácteo, sino que tiene el toque ácido al final y se asienta con el toque de pimienta rosa.

Creo que ya os he comentado alguna vez que a mi, un toquecito de fresa bien puesto, me gusta y me recuerda a cuando era mucho más joven que buscaba esta nota en mis fragancias (aunque era difícil encontrar algo decente que se saliera de las "fragancias gominola")
Y la pimienta rosa está presente, cada vez más, en perfumes que voy descubriendo.


El cuerpo ya es un delator absoluto de que esta fragancia y yo haríamos buenas migas. Notas de nardo, jazmín, y lirio blanco van envolviendo y suavizando esas primeras notas de fresa y se transforma en algo fresco, pero más maduro, con cierto toque dulce. 

Cualquiera de estas flores podría estar presente en un perfume que yo eligiera, aunque siempre con matices (depende de qué tipo de jazmín y de cómo esté trabajado, por ejemplo, puedo llevarlo o no)

El nardo es dulzón y algo lechoso, pero está muy bien trabajado y no se hace denso en absoluto, cosa de agradecer. Tiene una fragancia un poco especial y, por lo general, es algo difícil vestirse con esta nota porque suele ser muy evidente y nocturna, pero, en Jimmy Choo Flash, han conseguido que las notas de esta flor sean muy sutiles y llevaderas hasta en días de calor.


Finalmente, todo este baile de flores blancas se asienta sobre maderas también blancas y sutilmente empolvadas, que aportan estabilidad sin añadir dureza, manteniendo la fragancia joven y fresca.

Quizá estéis pensando que, con todas estas notas que os describo, puede ser un perfume muy evidente y pesado, pero nada más lejos de la realidad.
Cuando me lo probé, estaba mi madre al lado y dijo: "¡Si me gusta hasta a mi"!, y mi madre no usa perfumes casi nunca porque le provocan dolor de cabeza salvo que sean suaves cuando se posan sobre la piel.
De verdad, os recomiendo que vayáis a probarla, porque a más de una os va a gustar.

Ya fuera de lo que es el perfume en sí, me encanta la presentación.

Aparece en una caja blanca con las aristas y la tipografía en negro, y varias capas de purpurina plateada que van pegaditas a la caja con un tratamiento que evita que se caigan, que se nos peguen a las manos, o que arañen. Supongo que es algún tipo de sellado.

Y el frasco tampoco tiene desperdicio.
Se inspira en una araña modernista y simula una paleta de cristales, lucite y metal bajo una luz ultravioleta, con un relieve que recuerda a ciertas piezas de cristal tratado que se utilizan en construcción para crear juegos de luz en zonas intermedias (paneles dentre salas, altillos, bajadas de escaleras, etc)

Tres de sus lados tienen hendiduras en forma de prisma de cuatro lados, y la frontal es lisa. Dependiendo de cómo y dónde coloques el frasco de Jimmy Choo Flash, se ven diferentes reflejos en tonos azules.


El tapón es polifacético, aunque no tiene el mismo color añil que el frasco, y queda muy armonioso con el resto del conjunto. Parece una pieza de joyería clásica, modernizada con una banda metálica que lo rodea.

Es un frasco estable y no voluminoso, así que es fácil encontrarle un hueco en nuestra estantería.

Respecto a los formatos de venta, tenemos tres tamaños, todos con vaporizador:
40 ml por 39,50€,
60 ml por 64,75€
o 100 ml por 90€.

También han creado un gel y una leche corporal con este aroma, aunque yo no he visto la línea de baño por aquí, no sé si lo traerán a España.

Podéis encontrarlo ya a la venta en cualquier stand de Jimmy Choo, aunque ha estado durante todo el verano presente en tiendas Sephora en exclusiva.

¿Habéis probado ya Jimmy Choo Flash, potingueras?

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