¡Hola, potingueras!
El tema de hoy es algo controvertido, y ni siquiera tengo muy claro cómo terminará este post. De hecho, no sé ni cómo comenzar.
El caso es que llevo tiempo pensando sobre una serie de acontecimientos y sensaciones relacionados con el mundo blogger y redes sociales, y me gustaría darle forma a las conclusiones a las que he llegado, y comentarlas con vosotras, a ver si coincidís conmigo, o si no, y por qué.
El mundo blogger es amplio, variado, entretenido, y dinámico, ya seas bloguera, o seguidora. Esto nos afecta a todas por igual.
Hace unos años, todo el mundo se abría un blog, hasta el perro de la vecina, si me apuras (un perro muy guapo, por cierto); pero, de un tiempo a esta parte, se ha diversificado ese volumen de información, y se ha repartido entre las diferentes redes sociales que, hoy por hoy, todas podemos disfrutar.
Personalmente, no me parece mal. Siempre he defendido que cada cual se siente más cómoda en un medio, y que no todo el mundo quiere, ni tiene, por qué ser blogger, aunque le encante compartir cosas por facebook o instagram, por ejemplo. Son otras formas de relación y comunicación que se pueden utilizar como complemento a un medio principal (blog o vídeo), o como plataformas independientes de publicación.
Echo de menos a algunas compañeras blogueras que han dejado su espacio, y a las que sólo veo por estas redes mencionadas, pero entiendo que, quizá, ese formato les ofrecía lo que su blog les estaba negando y buscaban, y me alegro por ellas si lo han encontrado allí.
Por otro lado, y este es el punto grueso del post, cuando llevas mucho tiempo (y por mucho me refiero a tener callo de años y años) pululando por el hiperespacio, llega un momento en que el formato puede llegar a saturarte, y es cuando le pides, o te pides algo más.
Creo que alguna vez os he comentado que este no ha sido mi primer blog, ni mi primera experiencia en redes. Yo ya utilizaba el IRC en tiempos, y de ahí pasé a chats, fotologs, blogs, foros, etc. Es decir, poseo callosidad internetil de rancio abolengo.
No os cuento esto para ponerme medallas sino para intentar vislumbrar qué le está sucediendo a algunas personas, entre las que me incluyo, a las que el mero hecho de navegar por blogs de una temática determinada comienza a dejarles frías en alguno momentos.
Cuando comienzas, todo es nuevo, apasionante, y bonito. Eliges un tema, y te apuntas a todo, sigues mucho, y comentas a menudo; pero los días, meses, años, pasan, y tu nivel de conocimiento y exigencia varían, así como tus gustos.
Aún sintiéndote cómoda moviéndote en blogs de una temática específica, llega un momento en que "todo te parece la misma cosa" (palabras textuales que más de una de vosotras me ha dejado en algún post de tags y similares), os habéis aburrido, y os habéis planteado dejarlo; tanto como emisoras, como ejerciendo el papel de receptoras.
Es una cuestión de madurez, desde mi punto de vista. Ya no te vale cualquier cosa, ya no lees 20 entradas sobre el mismo tema, y mucho menos las comentas, sobre todo, si aparecen 15 igualitas el mismo día. ¿Por qué? En mi opinión, porque buscas algo más que información. Si algo que te entretenía pasa a aburrirte, es hora de plantearse cosas.
Ojo, que no critico estas publicaciones, ni siquiera las que son meramente informativas y no son reseñas, o aquellas que consisten en volcar una nota de prensa o similares. Ante todo, respeto mucho el trabajo de todas mis compañeras, las conozca o no, y, como dije antes, cada una está en su punto de evolución. A lo mejor a ti ya no te dice nada esa forma de comunicación, pero a otras personas es, precisamente, la que más les apetece encontrar. Siempre he defendido que todo el mundo tiene derecho a llevar su blog o canal de la forma en que mejor le parezca, sin faltar al respeto, por supuesto, y cada una de las personas que nos dedicamos a esto tenemos nuestro público.
Que a ti no te llegue o te llene, no significa que esté vacío de contenido, o carente de interés.
Cuando llegas a este punto de madurez que comento, por una parte, tienes tus blogs de referencia, y, por otra, comienza la fase de exploración entre blogs que pertenecen a otra temática, o que siguen la misma, pero son nuevos y frescos.
Dentro de tus blogs de referencia se encuentran aquellos pertenecientes a una temática que te motiva, que llevas visitando años, y que, tengan el tipo de comunicación que tengan, siguen contando para ti, ya sea porque siguen aportandote utilidad, por simpatía hacia quien lo escribe, o por una combinación de ambas.
Lo que hace que se salven de la criba, para mi, es que ese blog sea capaz de transmitir personalidad, que tenga "alma".
No se trata de que la bloguera de turno cuente su vida, obra, y milagros, ni que nos muestre las fotos de sus momentos más íntimos. Se trata de que, si vieras una página escrita sin la cabecera, lo primero, conecte contigo (en la forma que sea, aunque se trate de una forma concreta de usar el lenguaje, pese a que pueda tener un discurso meramente comercial en un momento determinado), y, lo segundo, que seas capaz de reconocer a su autor/a (o casi)
Que traspase la pantalla, vamos.
Además de esto, en general, suelen ser blogs que, pese a seguir una temática concreta principal, evolucionan al mismo tiempo que quien lo escribe. Se percibe ese cambio en pequeños matices, en formas de hacer las cosas, de entender el mundo, de comunicarlo.
Como extra, muchos de ellos van abriendo nuevas secciones sobre temas que le son muy afines a la bloguera, que le motivan; diversifican su contenido, aunque mantienen la línea editorial; generalmente, dedican 1 día o 2 a temas off-topic como refresco. No siempre sucede, pero he observado que en la mayoría de los casos es así.
Incluso hay blogs que se autoinmolan para renacer de una forma totalmente diferente. Yo no creo que haya que renunciar a ese pasado para avanzar, o para marcar un punto y aparte, pero eso ya es cosa de cada cual.
Lo que sí es importante para conseguir esa identidad, en mi opinión, es que el blog, hable de lo que hable, sea el reflejo de una experiencia personal, o que, al menos, nos deje ver la opinión al respecto de quien escribe sobre lo que cuenta, con o sin diversificación temática. Esa es la esencia primaria de un blog, el tú a tú desde el punto de vista del consumidor, explicado con toda la verborrea que nos permite este medio.Ojo, que es mi forma de verlo, pero no tiene por qué ser la única.
Hay quien critica esa variedad de temas que, a veces, poco tienen que ver con el hilo conductor del blog, al menos, a primera vista, pero vuelvo a lo de antes: hay blogs para todos los gustos, busca el tuyo.
A mi me parece que ese formato enriquece el producto final, pero claro, visto desde el punto en el que me encuentro ahora. A lo mejor, hace unos años, no me hacía ni pizca de gracia que me "interrumpieran la emisión" de posts sobre belleza para contarme su última escapada con el novio, por ejemplo.
Es decir: cuando comienzas, quieres un volumen alto y específico de información sobre un tema concreto. Cuando ya llevas mucho tiempo recibiendo esa información, valoras la forma en que se te ofrece, y la variedad para no saturarte. Combinas los blogs más personales con los más "técnicos", por decirlo de alguna manera.
Y, cuando estás hasta la borla del gorro de todo, pasas, directamente, a seguir bloggers, más que blogs, o, incluso, a alternar formatos; quizá tengas temporadas en que te apetezca más ver vídeos, o entretenerte con el timeline de instagram, por ejemplo; pero, la que es de blog, siempre vueltve al blog.
Con esto no me refiero a un fenómeno fan, sino a que ya has traspasado la barrera de la temática, y te centras en disfrutar de una lectura proporcionada por determinados y concretos emisores.
Hay blogs que te gustan de hace tiempo y que comparten un tema común, y otros que has encontrado hace poco que tratan de cosas muy diferentes, pero todos los lees más por lo que te cuenta y te transmite el o la blogger de turno, que por el contenido en sí.
Digamos que es como tomarte un café mañanero con Fulanita de Tal, porque te gusta cómo te cuenta las cosas, independientemente del tema del que te hable, si es más o menos específico-técnica, o, incluso, si coincides o no con su opinión. Algo te mueve por dentro, capta tu atención, y te hace estar pendiente de su próxima publicación.
¿Quiere esto decir que se acaba el mundo blogger para ti? Rotundamente, no. Todo tiene su ciclo, y no puedes esperar encontrar las mismas sensaciones y motivaciones al principio de un camino y al final, porque, para empezar, ni siquiera tú misma eres esa persona que comenzó su andadura hace X tiempo ya. Es como las relaciones de pareja o de amistad, tiene sus fases.
Tampoco quiere decir que todos los blogs tengan que ser iguales, ni que haya que abandonar a los blogs más corporativos, los hay muy buenos y también tienen su razón de ser. Yo sigo varios, de hecho.
Lo que quiere decir esto es que, a veces, tenemos que parar a hablar con nosotras mismas, sincerarnos, mirarnos en el espejo, y darnos cuenta de que, simplemente, hemos cambiado, que debemos buscar estímulos nuevos, o, simplemente, dejar pasar aquello que ya ha dejado de interesarnos, pero sin rencor, sin amargura, y, sobre todo, sin echarle en cara al otro (blogger o youtuber) que ya no te hace feliz, porque, querida mía, ser feliz es responsabilidad tuya, de nadie más. Los demás, sólo te acompañamos por el camino.
Y tú, ¿en qué punto del camino estás?¿Te sientes identificada con estas reflexiones? Cuéntame tu experiencia, dame tu punto de vista, potinguera.
El tema de hoy es algo controvertido, y ni siquiera tengo muy claro cómo terminará este post. De hecho, no sé ni cómo comenzar.
El caso es que llevo tiempo pensando sobre una serie de acontecimientos y sensaciones relacionados con el mundo blogger y redes sociales, y me gustaría darle forma a las conclusiones a las que he llegado, y comentarlas con vosotras, a ver si coincidís conmigo, o si no, y por qué.
El mundo blogger es amplio, variado, entretenido, y dinámico, ya seas bloguera, o seguidora. Esto nos afecta a todas por igual.
Hace unos años, todo el mundo se abría un blog, hasta el perro de la vecina, si me apuras (un perro muy guapo, por cierto); pero, de un tiempo a esta parte, se ha diversificado ese volumen de información, y se ha repartido entre las diferentes redes sociales que, hoy por hoy, todas podemos disfrutar.
Personalmente, no me parece mal. Siempre he defendido que cada cual se siente más cómoda en un medio, y que no todo el mundo quiere, ni tiene, por qué ser blogger, aunque le encante compartir cosas por facebook o instagram, por ejemplo. Son otras formas de relación y comunicación que se pueden utilizar como complemento a un medio principal (blog o vídeo), o como plataformas independientes de publicación.
Echo de menos a algunas compañeras blogueras que han dejado su espacio, y a las que sólo veo por estas redes mencionadas, pero entiendo que, quizá, ese formato les ofrecía lo que su blog les estaba negando y buscaban, y me alegro por ellas si lo han encontrado allí.
Por otro lado, y este es el punto grueso del post, cuando llevas mucho tiempo (y por mucho me refiero a tener callo de años y años) pululando por el hiperespacio, llega un momento en que el formato puede llegar a saturarte, y es cuando le pides, o te pides algo más.
Creo que alguna vez os he comentado que este no ha sido mi primer blog, ni mi primera experiencia en redes. Yo ya utilizaba el IRC en tiempos, y de ahí pasé a chats, fotologs, blogs, foros, etc. Es decir, poseo callosidad internetil de rancio abolengo.
No os cuento esto para ponerme medallas sino para intentar vislumbrar qué le está sucediendo a algunas personas, entre las que me incluyo, a las que el mero hecho de navegar por blogs de una temática determinada comienza a dejarles frías en alguno momentos.
Cuando comienzas, todo es nuevo, apasionante, y bonito. Eliges un tema, y te apuntas a todo, sigues mucho, y comentas a menudo; pero los días, meses, años, pasan, y tu nivel de conocimiento y exigencia varían, así como tus gustos.
Aún sintiéndote cómoda moviéndote en blogs de una temática específica, llega un momento en que "todo te parece la misma cosa" (palabras textuales que más de una de vosotras me ha dejado en algún post de tags y similares), os habéis aburrido, y os habéis planteado dejarlo; tanto como emisoras, como ejerciendo el papel de receptoras.
Es una cuestión de madurez, desde mi punto de vista. Ya no te vale cualquier cosa, ya no lees 20 entradas sobre el mismo tema, y mucho menos las comentas, sobre todo, si aparecen 15 igualitas el mismo día. ¿Por qué? En mi opinión, porque buscas algo más que información. Si algo que te entretenía pasa a aburrirte, es hora de plantearse cosas.
Ojo, que no critico estas publicaciones, ni siquiera las que son meramente informativas y no son reseñas, o aquellas que consisten en volcar una nota de prensa o similares. Ante todo, respeto mucho el trabajo de todas mis compañeras, las conozca o no, y, como dije antes, cada una está en su punto de evolución. A lo mejor a ti ya no te dice nada esa forma de comunicación, pero a otras personas es, precisamente, la que más les apetece encontrar. Siempre he defendido que todo el mundo tiene derecho a llevar su blog o canal de la forma en que mejor le parezca, sin faltar al respeto, por supuesto, y cada una de las personas que nos dedicamos a esto tenemos nuestro público.
Que a ti no te llegue o te llene, no significa que esté vacío de contenido, o carente de interés.
Cuando llegas a este punto de madurez que comento, por una parte, tienes tus blogs de referencia, y, por otra, comienza la fase de exploración entre blogs que pertenecen a otra temática, o que siguen la misma, pero son nuevos y frescos.
Dentro de tus blogs de referencia se encuentran aquellos pertenecientes a una temática que te motiva, que llevas visitando años, y que, tengan el tipo de comunicación que tengan, siguen contando para ti, ya sea porque siguen aportandote utilidad, por simpatía hacia quien lo escribe, o por una combinación de ambas.
Lo que hace que se salven de la criba, para mi, es que ese blog sea capaz de transmitir personalidad, que tenga "alma".
No se trata de que la bloguera de turno cuente su vida, obra, y milagros, ni que nos muestre las fotos de sus momentos más íntimos. Se trata de que, si vieras una página escrita sin la cabecera, lo primero, conecte contigo (en la forma que sea, aunque se trate de una forma concreta de usar el lenguaje, pese a que pueda tener un discurso meramente comercial en un momento determinado), y, lo segundo, que seas capaz de reconocer a su autor/a (o casi)
Que traspase la pantalla, vamos.
Además de esto, en general, suelen ser blogs que, pese a seguir una temática concreta principal, evolucionan al mismo tiempo que quien lo escribe. Se percibe ese cambio en pequeños matices, en formas de hacer las cosas, de entender el mundo, de comunicarlo.
Como extra, muchos de ellos van abriendo nuevas secciones sobre temas que le son muy afines a la bloguera, que le motivan; diversifican su contenido, aunque mantienen la línea editorial; generalmente, dedican 1 día o 2 a temas off-topic como refresco. No siempre sucede, pero he observado que en la mayoría de los casos es así.
Incluso hay blogs que se autoinmolan para renacer de una forma totalmente diferente. Yo no creo que haya que renunciar a ese pasado para avanzar, o para marcar un punto y aparte, pero eso ya es cosa de cada cual.
Lo que sí es importante para conseguir esa identidad, en mi opinión, es que el blog, hable de lo que hable, sea el reflejo de una experiencia personal, o que, al menos, nos deje ver la opinión al respecto de quien escribe sobre lo que cuenta, con o sin diversificación temática. Esa es la esencia primaria de un blog, el tú a tú desde el punto de vista del consumidor, explicado con toda la verborrea que nos permite este medio.Ojo, que es mi forma de verlo, pero no tiene por qué ser la única.
Hay quien critica esa variedad de temas que, a veces, poco tienen que ver con el hilo conductor del blog, al menos, a primera vista, pero vuelvo a lo de antes: hay blogs para todos los gustos, busca el tuyo.
A mi me parece que ese formato enriquece el producto final, pero claro, visto desde el punto en el que me encuentro ahora. A lo mejor, hace unos años, no me hacía ni pizca de gracia que me "interrumpieran la emisión" de posts sobre belleza para contarme su última escapada con el novio, por ejemplo.
Es decir: cuando comienzas, quieres un volumen alto y específico de información sobre un tema concreto. Cuando ya llevas mucho tiempo recibiendo esa información, valoras la forma en que se te ofrece, y la variedad para no saturarte. Combinas los blogs más personales con los más "técnicos", por decirlo de alguna manera.
Y, cuando estás hasta la borla del gorro de todo, pasas, directamente, a seguir bloggers, más que blogs, o, incluso, a alternar formatos; quizá tengas temporadas en que te apetezca más ver vídeos, o entretenerte con el timeline de instagram, por ejemplo; pero, la que es de blog, siempre vueltve al blog.
Con esto no me refiero a un fenómeno fan, sino a que ya has traspasado la barrera de la temática, y te centras en disfrutar de una lectura proporcionada por determinados y concretos emisores.
Hay blogs que te gustan de hace tiempo y que comparten un tema común, y otros que has encontrado hace poco que tratan de cosas muy diferentes, pero todos los lees más por lo que te cuenta y te transmite el o la blogger de turno, que por el contenido en sí.
Digamos que es como tomarte un café mañanero con Fulanita de Tal, porque te gusta cómo te cuenta las cosas, independientemente del tema del que te hable, si es más o menos específico-técnica, o, incluso, si coincides o no con su opinión. Algo te mueve por dentro, capta tu atención, y te hace estar pendiente de su próxima publicación.
¿Quiere esto decir que se acaba el mundo blogger para ti? Rotundamente, no. Todo tiene su ciclo, y no puedes esperar encontrar las mismas sensaciones y motivaciones al principio de un camino y al final, porque, para empezar, ni siquiera tú misma eres esa persona que comenzó su andadura hace X tiempo ya. Es como las relaciones de pareja o de amistad, tiene sus fases.
![]() |
Los dos están leyendo el mismo blog |
Lo que quiere decir esto es que, a veces, tenemos que parar a hablar con nosotras mismas, sincerarnos, mirarnos en el espejo, y darnos cuenta de que, simplemente, hemos cambiado, que debemos buscar estímulos nuevos, o, simplemente, dejar pasar aquello que ya ha dejado de interesarnos, pero sin rencor, sin amargura, y, sobre todo, sin echarle en cara al otro (blogger o youtuber) que ya no te hace feliz, porque, querida mía, ser feliz es responsabilidad tuya, de nadie más. Los demás, sólo te acompañamos por el camino.
Y tú, ¿en qué punto del camino estás?¿Te sientes identificada con estas reflexiones? Cuéntame tu experiencia, dame tu punto de vista, potinguera.