¡Hola, potingueras!
Hoy vengo a plantearos un debate que ya hemos tocado alguna vez, pero en el que me gustaría que os mojárais un poquito más de lo habitual.
Supongo que el título os despistará un poco, pero lo váis a entender enseguida.
La idea que subyace es que, muchas veces, exigimos más a la parte contratante de la segunda parte, que es de la que menos deberíamos esperar de entrada, que a la que sí promete más. Me explico:
Cuando compramos un producto de determinado precio, tenemos una expectativa sobre él en base a ese coste. No siempre se corresponde la idea más caro = mejor o más barato = peor, por mucho que la publicidad nos quiera hacer creer lo contrario.
Sin embargo, confiemos o no en esto, suele suceder que, cuando comparamos dos productos destinados a lo mismo, solemos ser más críticas e implacables con el producto de menor coste, cuando, si nos ceñimos a esa teoría, es del que menos deberíamos esperar.
Además, el mismo argumento que justificamos en el producto caro, es la condena del barato por pura ley de compensación de conciencia y remordimiento de bolsillo.
Por ejemplo, si tenemos dos paletas de sombras, que son prácticamente idénticas, y se comportan de la misma manera, a la que nos ha costado más dinero le perdonaremos que las sombras sean polvorientas"porque son muy bonitas y especiales",cosa que luego se demuestra que no es cierto, porque igual de especiales son las de la paleta barata, que son clavadas en color y acabado; pasaremos por alto que pigmenten poco porque "como uso prebase para todas las sombras, sean caras o baratas, no me importa" , aunque debería importar, uses o no esa prebase por costumbre o especificidad de tu piel, que la sombra tenga calidad suficiente como para sujetarse en el párpado, más allá de tus hábitos, para justificar su precio superior al de otra sombra que no lo hace y que es más económica; o cualquier otra cosa que se os ocurra.
Todo esto, por supuesto, es extrapolable a labiales, coloretes, o lavadoras. Me da igual el producto, la idea es la misma.
Sin embargo, si una sombra más barata se comporta igual (no agarra, no pigmenta, o es polvorienta), desenfundamos los cuchillos, y justificamos su ausencia de calidad en base a estos argumentos.
¿Cuántas veces habéis leído, oído, o incluso dicho "es malísima porque es polvorienta, no pigmenta, no dura, etc", cuando con otra paleta más cara que se comporta igual lo habéis pasado por alto? Yo también lo he hecho, no pasa nada. Todas tenemos un momento de ceguera transitoria.
No se trata de no decir que una paleta sea buena o mala por tal o cual característica, porque hay sombras que son polvorientas, pero son estupendas en cuanto a agarre, cremosidad, etc. Simplemente, no prensan bien. Otras, están bien prensadas, pero no hay forma de sacarles color. Incluso no se trata de condenar un producto que tiene una calidad baja si, aún así, nos gusta. Se trata de ser más justa, y de no condenar a un producto por ser más barato que otro que hace lo mismo siendo más caro, sólo por justificar el dolor de bolsillo que te supone reconocer que te has gastado el dinero en una castaña pilonga muy cara que, probablemente, tiene un equivalente más barato, igual de castañazo, que no te hubiera picado tanto en la cartera, y, sobre todo, en el orgullo.
Es como echarle la culpa a la amante de tu pareja porque él te haya fallado. Quien tiene que darte cuentas, si es que tiene que dártelas, es tu pareja, que es quien tiene un pacto y un compromiso contigo, no la otra persona (dos no jo...bailan, si uno no quiere)
Ergo, quien tiene que cumplir más expectativas es quien te ha prometido más, quien te ha convencido de hacer el mayor esfuerzo económico de inversión en un producto, descartando otras opciones más económicas, prometiendo mejor calidad, porque ha roto esa promesa.
Es más, ni siquiera hace falta comparativa, sino honestidad para reconocer cuándo un producto, caro o barato, no vale lo que cuesta, o no nos gusta, o nos ha decepcionado porque no es lo que esperábamos, más allá de su precio.
¿Qué opináis al respecto?¿Soléis caer mucho en esta doble moral de gastos?¿Creéis todo lo que os prometen las marcas, potingueras?
Hoy vengo a plantearos un debate que ya hemos tocado alguna vez, pero en el que me gustaría que os mojárais un poquito más de lo habitual.
Supongo que el título os despistará un poco, pero lo váis a entender enseguida.
La idea que subyace es que, muchas veces, exigimos más a la parte contratante de la segunda parte, que es de la que menos deberíamos esperar de entrada, que a la que sí promete más. Me explico:
Cuando compramos un producto de determinado precio, tenemos una expectativa sobre él en base a ese coste. No siempre se corresponde la idea más caro = mejor o más barato = peor, por mucho que la publicidad nos quiera hacer creer lo contrario.
Sin embargo, confiemos o no en esto, suele suceder que, cuando comparamos dos productos destinados a lo mismo, solemos ser más críticas e implacables con el producto de menor coste, cuando, si nos ceñimos a esa teoría, es del que menos deberíamos esperar.
Además, el mismo argumento que justificamos en el producto caro, es la condena del barato por pura ley de compensación de conciencia y remordimiento de bolsillo.
Por ejemplo, si tenemos dos paletas de sombras, que son prácticamente idénticas, y se comportan de la misma manera, a la que nos ha costado más dinero le perdonaremos que las sombras sean polvorientas"porque son muy bonitas y especiales",cosa que luego se demuestra que no es cierto, porque igual de especiales son las de la paleta barata, que son clavadas en color y acabado; pasaremos por alto que pigmenten poco porque "como uso prebase para todas las sombras, sean caras o baratas, no me importa" , aunque debería importar, uses o no esa prebase por costumbre o especificidad de tu piel, que la sombra tenga calidad suficiente como para sujetarse en el párpado, más allá de tus hábitos, para justificar su precio superior al de otra sombra que no lo hace y que es más económica; o cualquier otra cosa que se os ocurra.
Todo esto, por supuesto, es extrapolable a labiales, coloretes, o lavadoras. Me da igual el producto, la idea es la misma.
Sin embargo, si una sombra más barata se comporta igual (no agarra, no pigmenta, o es polvorienta), desenfundamos los cuchillos, y justificamos su ausencia de calidad en base a estos argumentos.
¿Cuántas veces habéis leído, oído, o incluso dicho "es malísima porque es polvorienta, no pigmenta, no dura, etc", cuando con otra paleta más cara que se comporta igual lo habéis pasado por alto? Yo también lo he hecho, no pasa nada. Todas tenemos un momento de ceguera transitoria.
No se trata de no decir que una paleta sea buena o mala por tal o cual característica, porque hay sombras que son polvorientas, pero son estupendas en cuanto a agarre, cremosidad, etc. Simplemente, no prensan bien. Otras, están bien prensadas, pero no hay forma de sacarles color. Incluso no se trata de condenar un producto que tiene una calidad baja si, aún así, nos gusta. Se trata de ser más justa, y de no condenar a un producto por ser más barato que otro que hace lo mismo siendo más caro, sólo por justificar el dolor de bolsillo que te supone reconocer que te has gastado el dinero en una castaña pilonga muy cara que, probablemente, tiene un equivalente más barato, igual de castañazo, que no te hubiera picado tanto en la cartera, y, sobre todo, en el orgullo.
Es como echarle la culpa a la amante de tu pareja porque él te haya fallado. Quien tiene que darte cuentas, si es que tiene que dártelas, es tu pareja, que es quien tiene un pacto y un compromiso contigo, no la otra persona (dos no jo...bailan, si uno no quiere)
Ergo, quien tiene que cumplir más expectativas es quien te ha prometido más, quien te ha convencido de hacer el mayor esfuerzo económico de inversión en un producto, descartando otras opciones más económicas, prometiendo mejor calidad, porque ha roto esa promesa.
Es más, ni siquiera hace falta comparativa, sino honestidad para reconocer cuándo un producto, caro o barato, no vale lo que cuesta, o no nos gusta, o nos ha decepcionado porque no es lo que esperábamos, más allá de su precio.
¿Qué opináis al respecto?¿Soléis caer mucho en esta doble moral de gastos?¿Creéis todo lo que os prometen las marcas, potingueras?