¡Hola, potingueras!
Hace unas semanas me di una vueltecita por Murcia, en la excelente compañía de mi amiga Isa Amigas Makeup, y nos pasamos por MuakUpShop, una tiendecita pequeña y coquetona en la que podéis encontrar productos de Pierre René, Ziaja, Treets, y, ¡Yankee Candle!
Si queréis estar al día de ofertas y promociones, prestad atención a su instagram y su página de facebook.
Desde antes de entrar por la puerta, yo ya sabía que picaría con varias tarts de esta marca. Aprovecho cada vez que puedo para hacerme con alguna nueva; y, si es en directo, mejor.
Pasamos una mañana muy entretenida, charlando con Ángel, el propietario y regente de la tienda, quien nos estuvo explicando cositas sobre varios productos con esa naturalidad con la que te cuenta un amigo algo mientras te tomas una caña, pero sin cañas.
Se nota que le gusta lo que vende y lo que hace, que cree en ello, y es un placer encontrarse a personas así, que disfrutan de aquello a lo que se dedican, porque lo transmiten, y te lo contagian.
Mientras hacíamos y deshacíamos, yo seleccioné estas 8 tarts de Yankee Candle. A saber:
A Child's Wish, Black Plum Blossom, Ginger Dusk, Oud Oasis, Shea Butter, Wild Fig, Waikiki Melon, y Black Coconut.
De todas ellas, os iré hablando en siguientes entradas, en una nueva sección que estoy preparando.
De Waikiki Melon y Black Coconut ya os conté que me fascinan en este post, y tuve que repetir con ellas. Sí, pudiendo elegir nuevas, decidí volvérmelas a traer, por algo será.
También pique con este exfoliante corporal de Treets de Vainilla Dulce y Lavanda, que, curiosamente, no huele ni a lo uno, ni a lo otro. A quien no le gusta la lavanda, le gusta el olor de este exfoliante, a mi que sí me gusta la lavanda, pero me agobia la vainilla, también me gusta como huele este exfoliante. Es muy curioso.
Si hicieran una Yankee Candle que oliera así, me la compraría.
Ya os hablaré más adelante de este producto.
Hoy me quiero centrar en un objeto que no tenía ninguna intención de comprar, pero Ángel consiguió intrigarme sin esforzarse ni insistir.
Estábamos hablando de quemadores, velas, y demás, cuando nos dijo, literalmente: "Hasta que no quemes una Yankee Candle en un quemador Yankee Candle, no vas a entender realmente lo que es y cómo es una Yankee Candle".
Y podría ser puro marketing, pero no. Nos explicó algunos de los motivos de esta afirmación, que me convenció por lógica física pura y dura; y ahora, que he probado este quemador, y lo he comparado con el que yo tenía, y con el que estaba muy contenta (y que compré en "los chinos" hace ya más de un año), os voy a contar todo lo que he descubierto.
Ponéos cómodas, porque la cosa se puede alargar (ya sabéis, en el momento en que me pongo en modo narrativa, sé cuando empiezo, pero no cuando terminaré)
Lo que más me gustó es que, al preguntarle los precios de los quemadores, Ángel se fue directamente al más sencillo y más económico (unos 11€); y, según él, de los mejores que tiene la marca. Podría habernos seducido con cantos de sirena y llevarnos a modelos más bonitos, ostentosos, y caros; pero no, se fue a lo práctico, a lo más básico, al "si te gusta este, ya serás tú quien busque otro modelo más adelante".
Es el modelo flor que yo me compré en un color mostaza-caramelo, un tono tostado que se llama Burnt Orange.
¿Y qué tiene esta pieza que lo diferencia de otros quemadores que no son Yankee Candle?
En realidad, lo que distingue este quemador de los que no pertenecen a su marca es sólo una cosa, aunque luego os contaré más diferencias que he hallado comparándolo con el que yo tenía de antes. Esta diferencia es la composición de la cerámica del quemador. Ni más, ni menos.
Tiene una mezcla, y un tratamiento muy concretos que hacen que el material se caliente de forma más lenta, sin llegar a coger demasiada temperatura, de forma que, si lo rozas, no te quemas; y, lo más importante, liberando la esencia de la tart poco a poco. El chinil, sin embargo, coge mucha temperatura y sí puedes quemarte si lo tocas mientras está la vela prendida.
Más de una habréis notado que, sobre todo con determinadas variedades de tarts Yankee Candle, el olor sale muy rápido, y, de repente, comienza a oler a neumático quemado. Eso sucede porque el quemador coge demasiada temperatura, los aceites se evaporan de golpe, y queda la parafina que los sostenía.
Sinceramente, yo desconfiaba un poco de esa especial composición, pero quizá por eso, cuando lo he comprobado por mi misma, comparándolo con mi antiguo quemador, con el que estoy muy contenta, me he convencido del todo de su eficacia.
No hay fé como la de un converso.
Una cosa que me gustó mucho es que este quemador viene con su manual de instrucciones.
En él nos advierten que no es apto para aceites perfumados, sólo para tarts Yankee Candle. También nos dicen que no usemos objetos metálicos para retirar la cera porque podemos dañar el recipiente, y que no metamos el hornillo en el frigorífico.
Estos dos métodos son muy populares (de hecho, yo, al principio de probar las tarts, defendía la rapidez de hacer palanca con el cuchillo, hasta que me llevé un trozo de cerámica); pero ambos pecan de lo mismo: el esmaltado se acaba resquebrajando, aunque el ojo no lo aprecie en sus primeros estadios. Bien por corte, bien por dilatación y refracción del material, el quemador se vuelve poroso, y la tart no quema bien. Además de que, al prender la vela, con el calor, se puede romper todo el objeto y armar un buen lío.
Desde Yankee Candle nos invitan a, una vez la cera se enfríe, presionar en un lateral, y esperar que se desprenda la pieza. Esto, si echáis bastante cera, puede que os funcione; pero, si usáis muy poquita, os va a resultar complicado.
Por eso yo sigo usando el método de retirar la cera aún caliente con un trocito de papel higiénico, o de cocina, o una servilleta de papel que no ralle. Es más, suelo usar un trozo de papel de cocina a modo de tampón para retirar "lo gordo", y luego repaso con un pañuelo de papel, o un trozo de papel higiénico, que son más suaves, y así no se ralla la cerámica.
Con respecto a las diferencias que he notado entre este modelo Flor de Yankee Candle y el modelo "Torre" (por llamarlo de alguna manera) de mi quemador chinil, he encontrado cositas que creo que os resultarán interesantes. Más allá de comparación entre marcas, es entre modelos.
Con el modelo Flor, al tener mucha entrada de oxígeno (que es lo que nos interesa para que la tartaleta no se queme en 5 segundos y el olor dure), y ser una entrada totalmente abierta, debéis tener mucho cuidado de no exponerla a corrientes de aire, por lo que pueda pasar (desde que se te apague la vela, a que te prenda lo que no debe prenderse)
Al ser abierto, podéis usar tanto velas de té de las calientaplatos (las más bajitas), o de las normales que son algo más altas.
Pese a que este quemador es más bajo que el de torre, no pasa nada, porque ese exceso de aire impide que la cerámica se caliente de más. Además, el material de los quemadores Yankee Candle es diferente y no se calientan como otros quemadores que no son de la marca, como ya hemos comentado antes.
Por otro lado,la torre tiene la platina del quemador más alta que la flor, pero, como tiene menos entrada de oxígeno, no os recomiendo utilizar más que velas bajitas. A veces he usado alguna un poco más alta, y no ha pasado nada; pero, en lo que controláis la altura que necesitáis, lo mejor es ir a lo prudente. Además, las velas pequeñas duran unas 3-4 horas. Creo que es más que suficiente para ambientar una sala; y, si se necesita más tiempo, podéis poner otra después.
La ventaja de este quemador de torre es que, por ser cerrado en casi toda su base, aunque haya alguna corriente de aire, es más difícil que ocurran accidentes por golpes de viento, o cambio de dirección del mismo.
Respecto al tema del material, y aquí sí me meto entre la marca Yankee Candle y mi quemador chinil, sí he notado diferencia hasta en el olor de las tarts. No es que cambien sus notas, evidentemente, pero se desprenden de una forma más gradual, con más cadencia, más lentamente, y eso permite apreciarlas mucho más, y recrearse con el olor de una forma que la rapidez de quemado del otro no consiente (y eso que este quemador en concreto de torre es de lo mejorcito que he encontrado)
Para aquellas que tengáis un olfato entrenado y sibarita, va a haber un antes y un después entre usar un quemador Yankee Candle y otro "Marca La Pava".
Pese a que estoy muy contenta con mis quemadores chiniles, y los seguiré usando en según qué momento, sé que, antes o después, los acabaré sustituyendo por otros modelos de quemador Yankee Candle. De hecho, ya tengo dos en el punto de mira: uno de cuenco doble que tenía Ángel en MuakUpShop, y otro de los que he ido viendo tanto en su tienda como en diferentes páginas que venden esta marca. Tiempo al tiempo.
Cuando me compre alguno nuevo, ya os lo enseñaré.
Ha sido toda una experiencia el redescubrir el universo Yankee Candle con un gesto tan simple como el cambiar de quemador.
Gracias, Ángel, por esta gran lección, por tu trato, y por tu generosidad en sabiduría y muestras varias.
¿Conocíais MuakUpShop?¿Sois aficionadas a las tarts Yankee Candle?¿Os habíais planteado alguna vez la importancia de un buen quemador, potingueras?
Hace unas semanas me di una vueltecita por Murcia, en la excelente compañía de mi amiga Isa Amigas Makeup, y nos pasamos por MuakUpShop, una tiendecita pequeña y coquetona en la que podéis encontrar productos de Pierre René, Ziaja, Treets, y, ¡Yankee Candle!
Si queréis estar al día de ofertas y promociones, prestad atención a su instagram y su página de facebook.
Desde antes de entrar por la puerta, yo ya sabía que picaría con varias tarts de esta marca. Aprovecho cada vez que puedo para hacerme con alguna nueva; y, si es en directo, mejor.
Pasamos una mañana muy entretenida, charlando con Ángel, el propietario y regente de la tienda, quien nos estuvo explicando cositas sobre varios productos con esa naturalidad con la que te cuenta un amigo algo mientras te tomas una caña, pero sin cañas.
Se nota que le gusta lo que vende y lo que hace, que cree en ello, y es un placer encontrarse a personas así, que disfrutan de aquello a lo que se dedican, porque lo transmiten, y te lo contagian.
Mientras hacíamos y deshacíamos, yo seleccioné estas 8 tarts de Yankee Candle. A saber:
A Child's Wish, Black Plum Blossom, Ginger Dusk, Oud Oasis, Shea Butter, Wild Fig, Waikiki Melon, y Black Coconut.
De todas ellas, os iré hablando en siguientes entradas, en una nueva sección que estoy preparando.
De Waikiki Melon y Black Coconut ya os conté que me fascinan en este post, y tuve que repetir con ellas. Sí, pudiendo elegir nuevas, decidí volvérmelas a traer, por algo será.
También pique con este exfoliante corporal de Treets de Vainilla Dulce y Lavanda, que, curiosamente, no huele ni a lo uno, ni a lo otro. A quien no le gusta la lavanda, le gusta el olor de este exfoliante, a mi que sí me gusta la lavanda, pero me agobia la vainilla, también me gusta como huele este exfoliante. Es muy curioso.
Si hicieran una Yankee Candle que oliera así, me la compraría.
Ya os hablaré más adelante de este producto.
Hoy me quiero centrar en un objeto que no tenía ninguna intención de comprar, pero Ángel consiguió intrigarme sin esforzarse ni insistir.
Estábamos hablando de quemadores, velas, y demás, cuando nos dijo, literalmente: "Hasta que no quemes una Yankee Candle en un quemador Yankee Candle, no vas a entender realmente lo que es y cómo es una Yankee Candle".
Y podría ser puro marketing, pero no. Nos explicó algunos de los motivos de esta afirmación, que me convenció por lógica física pura y dura; y ahora, que he probado este quemador, y lo he comparado con el que yo tenía, y con el que estaba muy contenta (y que compré en "los chinos" hace ya más de un año), os voy a contar todo lo que he descubierto.
Ponéos cómodas, porque la cosa se puede alargar (ya sabéis, en el momento en que me pongo en modo narrativa, sé cuando empiezo, pero no cuando terminaré)
Lo que más me gustó es que, al preguntarle los precios de los quemadores, Ángel se fue directamente al más sencillo y más económico (unos 11€); y, según él, de los mejores que tiene la marca. Podría habernos seducido con cantos de sirena y llevarnos a modelos más bonitos, ostentosos, y caros; pero no, se fue a lo práctico, a lo más básico, al "si te gusta este, ya serás tú quien busque otro modelo más adelante".
Es el modelo flor que yo me compré en un color mostaza-caramelo, un tono tostado que se llama Burnt Orange.
¿Y qué tiene esta pieza que lo diferencia de otros quemadores que no son Yankee Candle?
En realidad, lo que distingue este quemador de los que no pertenecen a su marca es sólo una cosa, aunque luego os contaré más diferencias que he hallado comparándolo con el que yo tenía de antes. Esta diferencia es la composición de la cerámica del quemador. Ni más, ni menos.
Tiene una mezcla, y un tratamiento muy concretos que hacen que el material se caliente de forma más lenta, sin llegar a coger demasiada temperatura, de forma que, si lo rozas, no te quemas; y, lo más importante, liberando la esencia de la tart poco a poco. El chinil, sin embargo, coge mucha temperatura y sí puedes quemarte si lo tocas mientras está la vela prendida.
Más de una habréis notado que, sobre todo con determinadas variedades de tarts Yankee Candle, el olor sale muy rápido, y, de repente, comienza a oler a neumático quemado. Eso sucede porque el quemador coge demasiada temperatura, los aceites se evaporan de golpe, y queda la parafina que los sostenía.
Sinceramente, yo desconfiaba un poco de esa especial composición, pero quizá por eso, cuando lo he comprobado por mi misma, comparándolo con mi antiguo quemador, con el que estoy muy contenta, me he convencido del todo de su eficacia.
No hay fé como la de un converso.
Una cosa que me gustó mucho es que este quemador viene con su manual de instrucciones.
En él nos advierten que no es apto para aceites perfumados, sólo para tarts Yankee Candle. También nos dicen que no usemos objetos metálicos para retirar la cera porque podemos dañar el recipiente, y que no metamos el hornillo en el frigorífico.
Estos dos métodos son muy populares (de hecho, yo, al principio de probar las tarts, defendía la rapidez de hacer palanca con el cuchillo, hasta que me llevé un trozo de cerámica); pero ambos pecan de lo mismo: el esmaltado se acaba resquebrajando, aunque el ojo no lo aprecie en sus primeros estadios. Bien por corte, bien por dilatación y refracción del material, el quemador se vuelve poroso, y la tart no quema bien. Además de que, al prender la vela, con el calor, se puede romper todo el objeto y armar un buen lío.
Desde Yankee Candle nos invitan a, una vez la cera se enfríe, presionar en un lateral, y esperar que se desprenda la pieza. Esto, si echáis bastante cera, puede que os funcione; pero, si usáis muy poquita, os va a resultar complicado.
Por eso yo sigo usando el método de retirar la cera aún caliente con un trocito de papel higiénico, o de cocina, o una servilleta de papel que no ralle. Es más, suelo usar un trozo de papel de cocina a modo de tampón para retirar "lo gordo", y luego repaso con un pañuelo de papel, o un trozo de papel higiénico, que son más suaves, y así no se ralla la cerámica.
Con respecto a las diferencias que he notado entre este modelo Flor de Yankee Candle y el modelo "Torre" (por llamarlo de alguna manera) de mi quemador chinil, he encontrado cositas que creo que os resultarán interesantes. Más allá de comparación entre marcas, es entre modelos.
Con el modelo Flor, al tener mucha entrada de oxígeno (que es lo que nos interesa para que la tartaleta no se queme en 5 segundos y el olor dure), y ser una entrada totalmente abierta, debéis tener mucho cuidado de no exponerla a corrientes de aire, por lo que pueda pasar (desde que se te apague la vela, a que te prenda lo que no debe prenderse)
Al ser abierto, podéis usar tanto velas de té de las calientaplatos (las más bajitas), o de las normales que son algo más altas.
Pese a que este quemador es más bajo que el de torre, no pasa nada, porque ese exceso de aire impide que la cerámica se caliente de más. Además, el material de los quemadores Yankee Candle es diferente y no se calientan como otros quemadores que no son de la marca, como ya hemos comentado antes.
Por otro lado,la torre tiene la platina del quemador más alta que la flor, pero, como tiene menos entrada de oxígeno, no os recomiendo utilizar más que velas bajitas. A veces he usado alguna un poco más alta, y no ha pasado nada; pero, en lo que controláis la altura que necesitáis, lo mejor es ir a lo prudente. Además, las velas pequeñas duran unas 3-4 horas. Creo que es más que suficiente para ambientar una sala; y, si se necesita más tiempo, podéis poner otra después.
La ventaja de este quemador de torre es que, por ser cerrado en casi toda su base, aunque haya alguna corriente de aire, es más difícil que ocurran accidentes por golpes de viento, o cambio de dirección del mismo.
Respecto al tema del material, y aquí sí me meto entre la marca Yankee Candle y mi quemador chinil, sí he notado diferencia hasta en el olor de las tarts. No es que cambien sus notas, evidentemente, pero se desprenden de una forma más gradual, con más cadencia, más lentamente, y eso permite apreciarlas mucho más, y recrearse con el olor de una forma que la rapidez de quemado del otro no consiente (y eso que este quemador en concreto de torre es de lo mejorcito que he encontrado)
Para aquellas que tengáis un olfato entrenado y sibarita, va a haber un antes y un después entre usar un quemador Yankee Candle y otro "Marca La Pava".
Pese a que estoy muy contenta con mis quemadores chiniles, y los seguiré usando en según qué momento, sé que, antes o después, los acabaré sustituyendo por otros modelos de quemador Yankee Candle. De hecho, ya tengo dos en el punto de mira: uno de cuenco doble que tenía Ángel en MuakUpShop, y otro de los que he ido viendo tanto en su tienda como en diferentes páginas que venden esta marca. Tiempo al tiempo.
Cuando me compre alguno nuevo, ya os lo enseñaré.
Ha sido toda una experiencia el redescubrir el universo Yankee Candle con un gesto tan simple como el cambiar de quemador.
Gracias, Ángel, por esta gran lección, por tu trato, y por tu generosidad en sabiduría y muestras varias.
¿Conocíais MuakUpShop?¿Sois aficionadas a las tarts Yankee Candle?¿Os habíais planteado alguna vez la importancia de un buen quemador, potingueras?